Smart Spaces, todo un mundo de posibilidades

Javier Aguilera, director general de Ikusi en España

Hay datos que sorprenden. Éste lo encontré leyendo la información que nuestro socio Cisco ha elaborado para presentar los beneficios que aporta la incorporación de inteligencia a múltiples espacios, ya sean privados, públicos o comerciales.

Todos los días leemos informaciones sobre las actividades humanas y sectores que más contaminan: el sector energético, el alimenticio, el del transporte, el de la moda…

Y me sorprendió leer en el documento de Cisco que los edificios representan en torno al 40 % del uso energético global y de las emisiones de carbón. Así que ahí tenemos un amplio campo de mejora en el ámbito de la sostenibilidad.

La buena noticia es que las empresas que usan dispositivos inteligentes y sensores compatibles con el internet de las cosas presentan unos ahorros energéticos del 70 % en un plazo de tres años.

Lograr éste y otros objetivos está ya a nuestro alcance. Se trata de conectar los mundos IT, IoT y OT. Siglas al margen, se trata de integrar redes, sensores y análisis. Estamos hablando de aplicar la tecnología, con la que, por cierto, muchos espacios ya cuentan, recolectar los datos de múltiples fuentes cámaras, wifi, infraestructura de red, controles de acceso…), procesarlos y enviarlos a donde proceda. Y, si lo hacemos en la nube, todavía mejor, porque, además de tener unos sólidos cimientos para lograr los objetivos que nos marquemos, obtendremos una infraestructura ágil, escalable y segura.

Dotar de inteligencia a los espacios abre un mundo de posibilidades de las que se pueden beneficiar infinidad de sectores. Desde un plano general, que aplica a todos los sectores, permite evaluar la capacidad de la infraestructura, reducir el impacto medioambiental, controlar aforos, mejorar la visibilidad de la red, reforzar la seguridad de los empleados/visitantes/usuarios o automatizar las comunicaciones, entre otros beneficios.

Pero veamos algunos ejemplos más concretos. Pensemos en las oficinas en las que trabajamos. El primer dato llega cuando nos identificamos en el control de accesos. A partir de ahí, un espacio inteligente pone en marcha múltiples acciones. Nos informa de cuál es nuestro puesto, si no tenemos uno asignada, carga nuestro perfil en el teléfono de sobremesa, da orden de que se intensifique un poco el aire acondicionado… Y, cuando termina la jornada, se desconecta el teléfono, el puerto de mi ordenador deja de consumir, el aire acondicionado baja de intensidad…

Otro ejemplo práctico. Una tienda de moda que quiere posicionar su producto estrella de la temporada. A través de las cámaras del establecimiento puedo obtener información de mucho valor para el negocio. Veo si la gente se para ver mi producto, cuánta gente lo hace, cuál es su perfil (mujer, hombre, edad…), quiénes son clientes asociados a mi club de fidelización…

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