
Sistemas de seguridad electrónica y servicios de ciberseguridad, aliados de la continuidad de negocio de las empresas
Los tiempos en que la seguridad se circunscribía a las barreras físicas y más tarde a los sistemas de seguridad electrónicos ha quedado definitivamente superado. La evolución de la tecnología ha cambiado las reglas del juego. Según la Encuesta 2016 sobre Tendencias de Ciberriesgos y Seguridad de la Información en Latinoamérica de Deloitte, más del 40 por ciento de las empresas de la región ha sufrido algún tipo de ciberataque externo. Además, el 10 por ciento se enfrentó a brechas de seguridad con pérdidas económicas superiores a 250.000 dólares.
Teniendo en cuenta estos datos, el reto que tienen las empresas hoy en día es disponer de sistemas de seguridad que no sólo contemplen la seguridad física, sino también la seguridad lógica, sistemas que bloqueen los posibles incidentes y que permitan resolverlos de forma rápida, garantizando así la continuidad del negocio. Debemos ser capaces de asegurar el suministro esperado: servicios esenciales como energía, agua, dinero, etc., en los casos de infraestructuras críticas, u otro tipo de servicios no críticos pero igualmente necesarios para la ciudadanía.
Cada segundo que nuestra empresa está parada debido a que los servidores de los que depende su operación están inoperativos, o porque no tenemos acceso a Internet para poder suministrar los servicios a nuestros clientes, etc., supone un coste económico. Un escenario así ayuda a visibilizar la inversión en seguridad como una herramienta necesaria para garantizar la actividad del negocio y no como una barrera que frena la actividad empresarial.
Soluciones tecnológicas
En los análisis de riesgos y auditorías de seguridad que se realizan en las empresas identificando los activos críticos, físicos y lógicos (información confidencial almacenada en servidores), y buscando la forma de securizarlos incluyendo el mayor número de barreras de acceso, siempre debemos tener en cuenta que el objetivo principal del sistema de seguridad es asegurar la continuidad del negocio.
No se trata sólo de instalar los sistemas más adecuados para cada tipo de activo crítico, sino que tenemos que reflexionar sobre cómo van a interactuar con el operador de seguridad, de forma que le suministremos el control situacional para que pueda tomar decisiones de forma rápida y sea capaz de asegurar la vuelta a la normalidad lo antes posible.
Además, gracias a las nuevas plataformas de integración de seguridad física que permiten gestionar incidencias y auditar su resolución, herramientas de tipo PSIM, podremos informatizar los procedimientos de seguridad para guiar al operador en cada tipo de incidencia y así aumentar su resiliencia en una situación de bloqueo, reduciendo los tiempos de disrupción de la actividad y volviendo al estado previo a la incidencia.
Desde el punto de vista de la seguridad lógica, teniendo en cuenta el nuevo escenario tecnológico en el que todos los sistemas de seguridad electrónicos se sustentan sobre una red IP, con acceso a Internet en muchos casos, se debe diseñar una red en la que las comunicaciones estén securizadas y encriptadas, restringiendo los accesos de puntos físicos, IP y puertos.