
¿Estoy pagando realemente por el servicio que estoy recibiendo?
Seguro que las personas que gestionan las redes empresariales y las que trabajan en los departamentos financieros encargados de optimizar los recursos de las organizaciones se preguntan más de una vez si el precio que están pagando a su operador se ajusta realmente al servicio que les está proporcionando.
Para dar respuesta a esta inquietud es necesario saber que está pasando realmente en la red empresarial y si su rendimiento se ajusta a la tarifa que tenemos contratada.
Pues bien, hasta ahora, las empresas para las conexiones WAN (red de computadoras que une varias redes locales, aunque sus miembros no estén todos en una misma ubicación física) contrataban líneas de comunicación especiales, tipo MPLS, a los operadores para tener el grado de privacidad y ancho de banda que necesitaban.
Estas líneas tienen un coste importante, hay que recurrir al operador para cualquier cambio de configuración y no proporcionan al cliente visibilidad de cómo se está desarrollando realmente el tráfico en su red.
¿Cómo transformar esta situación para que la red se ajuste realmente a las necesidades de la empresa y saber si lo que estoy pagando se ajusta al servicio que estoy recibiendo?
La respuesta está en las redes SD-WAN, capaces de monitorizar el desempeño de cada línea MPLS y direccionar el tráfico por la vía más óptima.
Las redes SD-WAN proporcionan al cliente visibilidad y control del tráfico WAN similar al que tiene en su red de área local. Permiten establecer políticas para priorizar unos tráficos sobre otros, incluso utilizar varias líneas WAN para balancear el tráfico por una u otra dependiendo de ciertas estadísticas o acuerdos de nivel de servicio (SLAs), lo que se conoce como traffic shaping o modelado de tráfico.
Y, como ventaja adicional, las redes gestionadas por software permiten crear arquitecturas WAN agnósticas del operador, lo que proporciona independencia a la hora de elegir y la posibilidad de contratar diferentes operadores en sus diversas sedes, sin afectar en absoluto al rendimiento o control de la red WAN. Una característica muy útil para realizar una gestión óptima desde el punto de vista financiero de los recursos que las organizaciones destinan a sus redes empresariales.
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