Del recelo a la confianza: los servicios en la nube toman posiciones para impulsar la digitalización

El término revolución tiene múltiples significados en función del ámbito en el que se utilice, pero en todos ellos subyace la idea de un ‘cambio rápido y profundo en cualquier cosa’. Una transformación de estas características genera incertidumbre, incluso rechazo. Si pensamos en revoluciones tecnológicas que tenemos cercanas, como la irrupción de Internet a finales del siglo XX, nos parece mentira que en algún momento pudiera generar reservas en ciudadanos y empresas. Hoy no pervive ninguna de aquellas reservas y hemos incorporado internet a todos los ámbitos de nuestras vidas.

Ahora estamos encarando un nuevo cambio, profundo, sin duda, y rápido, seguro que sí, porque la tecnología tiene la virtud de imprimir un acelerón adicional a cada nueva propuesta. La revolución en la que ya estamos inmersos es la transformación digital. Las empresas estamos definiendo nuevos servicios, productos, procesos… en definitiva, nuevas formas de hacer que incorporan las potencialidades de la digitalización para a su vez impulsar la transformación digital de nuestros clientes con el objetivo de que mejoren su competitividad.

Nadie duda de las ventajas que conlleva la digitalización. Sin embargo, adoptar y hacer propias nuevas realidades nunca está exento de incertidumbres. Pensemos por ejemplo de los servicios en la Nube, un elemento imprescindible en el proceso de transformación digital. Quizás sea por el propio nombre, que provoca una sensación de efímero y etéreo, en un primer momento pudo generar ciertas reticencias en las empresas y organizaciones, que sentían miedo a dejar que sus activos más valorados (datos, información y conocimiento) estuvieran albergados en servidores ubicados en infraestructuras externas.

Esas barreras hoy están cayendo. Al igual que ha ocurrido en el ámbito privado, en el que hemos ido superando las prevenciones iniciales para adoptar entusiastamente la banca, los viajes y las compras on-line, la percepción de las propuestas en la Nube está experimentando un cambio radical. La prevención está dando paso a la confianza y se está instalando la imagen de la Nube como una solución atractiva, segura, ágil, competitiva en costes, que permite pagar exclusivamente por los servicios que se utilizan o consumen, adecuar la infraestructura a las necesidades que la empresa tiene en cada momento y mejorar el número y la calidad de servicios que ofrecemos a nuestros clientes.

Uno de los cambios de mentalidad imprescindibles para que la digitalización adquiera velocidad de crucero ya se está produciendo. Los beneficios del Cloud están rebasando con creces los recelos propios que genera una propuesta novedosa. La sensación de miedo se está diluyendo de esa forma tan imperceptible, pero progresiva e imparable como la nieve bajo los rayos de sol.

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